No hablamos todos los días. A veces pasan semanas. Pero cuando lo hacemos, todo sigue igual. Como si estuviéramos en el mismo barrio, como si nunca nos hubiéramos mudado, como si esa distancia absurda no existiera.
Hace poco tuve uno de esos días en los que solo necesitaba contarle algo. No era grave, no era importante… pero solo ella lo habría entendido al vuelo. Me hizo tanta falta, que decidí enviarle un detalle. No era nada grande, solo una taza con una frase que siempre nos hacía reír. Algo sencillo, pero tan nuestro.
Días después me mandó una foto con ella sujetándola y un mensaje que decía: “Te siento cerca cada mañana”. Y ahí supe que había hecho lo correcto. Porque hay amistades que no necesitan fechas especiales ni excusas. Solo pequeños recordatorios de que seguimos estando, aunque estemos lejos.
¿POR QUÉ ESTE REGALO ES ESPECIAL?
Porque cuando no puedes estar, puedes hacerte sentir. Y eso vale oro. “Abrió el paquete y me llamó llorando. Me dijo: ‘No sabía cuánto necesitaba esto’.”
Encuentra los productos que te sugiero y todos los detalles ingresando aquí:
OTRAS IDEAS QUE PODRÍAN INTERESARTE: