Decir que no no siempre suena fuerte. A veces es apenas un susurro. O ni siquiera se dice en voz alta.
Es cancelar una salida cuando no puedes más. Es no contestar un mensaje. Es no dar explicaciones.
Por mucho tiempo, me costó. Me daba miedo caer mal, decepcionar, sentirme egoísta. Hasta que un día me atreví a hacerlo: a decir que no.
A ponerme delante. A no estar disponible para todo el mundo todo el tiempo.
Y para recordarlo, me hice un regalo. Unos auriculares que no son solo para música. Son mi símbolo de pausa.
Cuando me los pongo, el mundo se apaga un poco. El ruido baja. Y quedo yo, con mi espacio, mi calma, mi “no” sin culpa.
Ese “no” no fue rechazo. Fue protección. Fue amor propio.
¿POR QUÉ ES DIFERENTE ESTE REGALO?
A veces, apagar el ruido es la forma más clara de escucharse. “Cada vez que me los pongo, me recuerdo que no tengo que estar para todo.”
Encuentra los productos que te sugiero y todos los detalles ingresando aquí:
OTRAS IDEAS QUE PODRÍAN INTERESARTE: