Skip to main content

Después de cuatro meses en ciudades distintas, se volvieron a ver sin decir palabra. Solo se miraron, como si todo lo pendiente pudiera resumirse en ese instante. Pero sabían que lo mejor vendría después: compartir de nuevo la rutina, las cenas improvisadas, las risas que solo el otro entiende.

Esa noche, sin planes ni reservas, decidieron quedarse en casa. Él sacó una caja y la dejó en medio del salón. Era un proyector portátil. “Para que nunca más tengamos que esperar al cine para estar juntos”, dijo.

Proyectaron su película favorita sobre una pared blanca, comieron palomitas caseras y terminaron dormidos en el sofá, abrazados. No necesitaban más.

Ese pequeño dispositivo se convirtió en su nueva tradición: viernes de sofá, historias y miradas cómplices. Porque a veces, lo más grande cabe en lo más simple. Y porque cuando el amor se proyecta en compañía, hasta una pared vacía cobra vida.

¿POR QUÉ ES DIFERENTE ESTE REGALO?

Porque convierte cualquier lugar en un plan íntimo y único. «Lo compré justo antes de reencontrarme con mi pareja. No sabíamos qué hacer esa noche, así que improvisamos una sesión de cine en casa… y fue mágico. Ahora lo usamos cada semana.”


Encuentra los productos que te sugiero y todos los detalles ingresando aquí:

Leave a Reply