Skip to main content

A veces pienso en todo lo que callaba mi yo de antes.
Lo ocupada que estaba intentando que todo saliera bien, cumpliendo, aguantando, sin tiempo para parar. Y lo que más me duele es que ni siquiera se daba cuenta de lo cansada que estaba.

Por eso, hoy decidí hacerme un regalo. No por moda, ni porque esté de tendencia. Una alfombrilla de yoga, un espacio pequeño pero solo mío. Un lugar donde parar, respirar, cerrar los ojos… y simplemente estar.
Ese ratito cada día no es ejercicio. Es reencuentro.

Es mi manera de decirle a esa versión de mí que lo dio todo sin pedir nada, que sí merecía descanso, calma y espacio para ella misma.

Y lo mejor de todo es que aún estoy a tiempo de dárselo.

¿POR QUÉ ES ESPECIAL ESTE REGALO?

Este espacio no es para entrenar. Es para volver a ti. “Me di lo que llevaba años sin darme: cinco minutos de paz al día.”


Encuentra los productos que te sugiero y todos los detalles ingresando aquí:

Leave a Reply