Hay momentos en la vida que se sienten tan únicos que da miedo que se escapen. Como cuando vimos el test positivo, como esa primera ecografía, o cuando empezó a notarse la barriga.
Son cosas que no se repiten. Que pasan una vez. Y aunque las recordemos, el tiempo las va borrando poco a poco si no las escribes.
Por eso empezamos a apuntarlo todo en un diario. No era nada complicado: unas líneas por semana, una foto, una frase graciosa, una emoción inesperada.
Al principio lo hacíamos por tener un recuerdo. Ahora lo hacemos porque se ha convertido en nuestro ritual, nuestro momento de parar y sentir lo que está pasando.
Ese diario ya tiene nuestras primeras dudas, nuestras primeras alegrías, hasta el primer nombre que nos hizo ilusión.
Y lo mejor es que, algún día, él o ella también podrá leerlo y saber cuánto le esperábamos.
¿POR QUÉ ES ESPECIAL ESTE REGALO?
Porque la espera también se escribe. Y hay recuerdos que merecen quedarse. “Cada página que llenamos nos hace más conscientes de todo lo que estamos viviendo.”
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